domingo, 19 de febrero de 2012

NO SIN RAFAELLA

Las resacas dejan en mi una pizca de arrepentimiento que no llega al punto de prometer no beber nunca mas, se parece mas a la sensación de "se me ha ido la mano pero fue bonito mientras duró".
Salir de fiesta es un acto liberador de la mente que me produce un efecto reparador inmediato. Ni la mejor crema del mercado conseguiría un efecto rejuvenecimiento tan poderoso.
Después de una buena cena y unas cuantas horas de mover el esqueleto la química de mi cerebro se dispara produciendo efectos mas sanadores que cualquier medicina.  Es genial desprenderse por unas horas de la cargas de la vida adulta y volver a ser esa joven que cerraba bares aunque ya no aguante hasta ver amanecer, (es que esto parece Noruega en diciembre, no hay manera de ver el sol!)
Creo que mi mente quedo atascada en algún punto entre los 18 y los 23 y cuando me reúno con mis amigos se retrotrae a esos días sin proponérselo, se activa el modo "Juventud Despreocupada" y todos la endorfinas, adrenalinas, morfinas y demás "inas" se segregan como locas para transportarme a un estado de placer digno de los mejores yoguis.
Pasaremos la mini resaca y esperaremos con ansia la próxima noche con Rafaella.